Gustavo Rojas Pinilla
Gustavo Rojas Pinilla
Gustavo Rojas Pinilla (Tunja, 12 de marzo de 1900 - Melgar, 17 de enero de 1975) fue un militar, ingeniero civil, político y dictadorcolombiano quien, tras el golpe de Estado que le dio al presidente Laureano Gómez, ocupó la presidencia de Colombia del 13 de junio de 1953 al 10 de mayo de 1957. Durante su trayectoria política fue apodado «Gurropín», apelativo formado por las primeras sílabas de su nombre.
Su mandato se caracterizó por la realización de grandes obras de infraestructura, el inicio del proceso de despolitización de la Policía, la traída del servicio de televisión al país y puso término a la primera etapa de la época conocida como La Violencia, al llegarse a una tregua con las guerrillas liberales y estableciendo un gobierno avalado por el Ejército y otros miembros de la sociedad colombiana. Durante su mandato se reconoció en 1954 el derecho al voto a las mujeres. En Bogotá construyó el aeropuerto El Dorado, el Hospital Militar Central, la calle 26, el Centro Administrativo Nacional (CAN) y el programa social Sendas.
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Biografía
Gustavo Rojas Pinilla fue el último de cinco hermanos de la familia conservadora formada por el coronel Julio Rojas Jiménez, quien se había desempeñado como oficial durante la Guerra de los Mil Días, y Hermencia Pinilla Suárez. Nació el 12 de marzo de 1900 en Tunja, donde pasó sus primeros años, así como en Villa de Leyva, y en una propiedad rural en Arcabuco, Boyacá.
Inició su carrera militar en la Escuela de Cadetes en el año 1920. Hacia 1923 fue ascendido a teniente del Ejército mientras se encontraba asignado en Manizales. En 1924 solicitó el retiro del servicio activo para poder realizar sus estudios de Ingeniería Civil en el Trine University, en Indiana, donde obtuvo el título de ingeniero civil en 1927. A partir de ahí empezó a participar en la construcción de carreteras y otras obras de ingeniería dentro de su carrera militar.
En 1932 fue reintegrado al servicio activo para participar en la guerra con Perú. El año siguiente fue asignado al puerto de Buenaventura como comandante de la Batería de Costa e ingeniero militar de la región aún dentro del marco de la defensa del país en caso de algún ataque peruano.
En 1936 fue ingeniero del departamento técnico de la fábrica de municiones del Ejército, y como tal fue enviado en misión especial a Alemania, con el fin de obtener la maquinaria necesaria para fabricar las municiones en Bogotá. A su regreso a Colombia, fue nombrado jefe del departamento técnico de la fábrica de municiones.
En 1943 fue enviado a Estados Unidos para adquirir de ese gobierno armas y otros elementos para las Fuerzas Militares. En 1944 fue subdirector de la Escuela Superior de Guerra, y en 1945 director de la Aeronáutica Civil. Fue allí donde presentó su proyecto de aeropuertos bajo el nombre "Pistas de aterrizaje en Colombia", que le sirvió de tesis para su ascenso a coronel del Ejército y que más tarde se materializaría en el aeropuerto El Dorado de Bogotá y de otras ciudades durante su mandato presidencial.
En 1946, ya siendo coronel, fue nombrado comandante de la Primera Brigada en Tunja y en 1948 nombrado comandante de la Tercera Brigada en Cali. Allí ganó mayor visibilidad al lograr pacificar la rebelión ocurrida en esa zona a consecuencia del asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril de 1948, ganándose el reconocimiento del presidente conservador Mariano Ospina Pérez y a su vez de las principales directrices del partido conservador. El 11 de octubre del año siguiente fue ascendido al grado de general y el 18 de octubre asignado al comando de la Brigada de Institutos Militares. El 3 de diciembre de 1949 fue nombrado Ministro de Correos y Telégrafos
Golpe de Estado de 1953
En 1953, Colombia experimentaba una crisis política. Las consecuencias del asesinato de Gaitán aún se hacían sentir, el Congreso se encontraba clausurado desde el 9 de noviembre de 1949 y el partido liberal, que no se había presentado a las últimas elecciones presidenciales, desconocía la condición de presidente de Laureano Gómez. En 1951, cuando Gómez volvió a convocar a elecciones para el Congreso, el Partido Liberal, de nuevo, no se presentó, como tampoco lo hizo en 1953, a las elecciones a la Cámara de Representantes. En esta segunda cita electoral la crisis se agudizó, toda vez que tampoco acudieron a ella los conservadores adeptos a Gilberto Alzate Avendaño.
La violencia, además, mostraba por aquellos años sus cifras más cruentas. En 1950 las muertes alcanzaron a llegar a 50.253; 447 por cada 100.000 habitantes. A todo ello se sumó la ausencia de poder que significó la designación de Roberto Urdaneta como presidente, en 1951, dado el delicado estado de salud de Gómez. Aunque Urdaneta inició conversaciones con los grupos armados de los Llanos Orientales, estas se rompieron hacia 1952. El 6 de septiembre de ese mismo año una turba incendió las sedes de los periódicos El Tiempo y El Espectador y de la Dirección Nacional Liberal, así como las casas de Alfonso López y Carlos Lleras Restrepo. Todo ello con la complaciente no intervención de la policía.
Laureano Gómez, desde el retiro seguía teniendo influencia protagónica en el gobierno. Ello se tradujo en la propuesta de una reforma constitucional y en la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, para el 15 de junio de 1953. No es pues casual que el golpe dado por Rojas haya tenido lugar dos días antes de dicha Asamblea. Aunque las enemistades entre Gómez y Rojas venían de tiempo atrás, el golpe no puede leerse en clave personalista. Primero, porque con excepción de la facción conservadora liderada por Gómez, el golpe fue promocionado y celebrado por las élites económicas y políticas del país. Iglesia, liberales y conservadores cerraron filas en torno a Rojas. Segundo, porque parece ser que el objetivo del golpe no era la presidencia de Rojas, sino la de Urdaneta Arbeláez, que no obstante rechazó la propuesta.
Lo cierto es que el 13 de junio de 1953 Laureano Gómez fue destituido por un golpe comandado por Gustavo Rojas Pinilla. La condición de presidente de Rojas fue legitimada cinco días depués, el 18 de junio, por la Asamblea Nacional Constituyente, que, lejos de dejar de reunirse por el golpe, se convirtió prontamente en la corporación legislativa del gobierno de Rojas. La lectura del golpe no puede anacrónicamente remitir a las sangrientas acciones militares propias del siglo XX. En este caso no hubo ni derramamiento de sangre, ni acciones militares. Mejor sería entender el suceso como un "golpe de opinión"; un calificativo dado el mismo 13 de junio por el expresidente liberal y dirigente político de la época Darío Echandía, y que da cuenta del apoyo de las élites nacionales a lo sucedido.
Presidencia
Para lograr la pacificación propuso conceder amnistía a los combatientes guerrilleros y la reconstrucción económica de las zonas afectadas por la violencia. De hecho algunos grupos guerrilleros liberales depusieron sus armas. No tuvo éxito con las guerrillas comunistas ya que declaró como ilegal al partido comunista. Al final, su objetivo de pacificación y democracia se logró parcialmente: con el temor a que el proyecto de Rojas triunfara, los partidos políticos tradicionales tuvieron que afianzar la paz política para sobrevivir, y por extensión calmar al país.
Desde el gobierno de Laureano Gómez se había utilizado un estado de excepción manejado con la Asamblea Nacional Constituyente y a falta del legislativo se utilizaban decretos, método que igualmente utilizó Rojas para imponer su plan. Según sus ideas, ante el fracaso político-social de los partidos tradicionales, el binomio Pueblo - Fuerzas Militares sería el camino para realizar los cambios urgentes en el país. Consideró que el nacionalismo y el patriotismo debían ser las fuerzas de cohesión del pueblo colombiano, anegado en violencia y crisis nacional.Por su falta de responsabilidad
Según sus ideas, sin la justicia social sería muy difícil la paz y mucho más la libertad. “No se puede hablar de paz sin justicia social y justa distribución y goce de las riquezas". Así, para estimular la economía y facilitar el manejo de las licencias de importación creó dos bancos públicos, medidas que los bancos privados consideraron como «competencia desleal». Estimuló el trabajo y el desarrollo de la infraestructura del país, para lo cual estableció un impuesto sobre los ingresos y sobre el patrimonio golpeando a los sectores más ricos de la sociedad.
Primera reelección
El año siguiente, al término del "periodo en curso", el 3 de agosto de 1954, Rojas logra que la Asamblea Nacional Constituyente, en ese momento mayoritariamente compuesta de conservadores, reafirmara su posesión y que lo reeligiera para el periodo siguiente, es decir, hasta 1958. La Asamblea de algo más de 90 delegados estaba compuesta de 56 conservadores, alrededor de 13 ó 15 liberales, 2 del ejército, 2 de la Iglesia Católica y el resto de Rojas Pinilla.
El 25 de octubre, la Asamblea aprobó el cambio constitucional para extender el sufragio a las mujeres, derecho que fue ejercido efectivamente tres años más tarde.
Esta vez separándose del apoyo bipartidista que lo había llevado al poder y creando lo que llamó la "Tercera Fuerza". Con este propósito, el general formuló un reordenamiento del país bajo la alianza de los trabajadores, clases medias y militares, sustentado en principios católicos tomados de la doctrina social de la Iglesia y en los ideales bolivaristas.
Tan pronto como el Ministro de Gobierno, Lucio Pabón Núñez, anunció públicamente, el 9 de enero de 1955, la formación del nuevo partido "Movimiento de Acción Popular" para respaldar la gestión de Rojas, los partidos tradicionales decidieron oponerlo activamente. Usando los periódicos aún bajo su control -a pesar de la censura que venía siendo impuesta sobre ella desde el gobierno de Laureano- y explotando cualquier error gubernamental, lograron el apoyo de la Iglesia y los comerciantes, y recuperar adeptos en la población.
Dictadura
La armonía entre el gobierno y los dirigentes civiles se rompe cuando en un incidente en la Universidad Nacional de Colombia, varios estudiantes conmemorarían la muerte de un estudiante llamado Gonzalo Bravo Páez, ocurrida 25 años atrás. Pero todo culminó con la muerte del estudiante Uriel Gutiérrez el 8 de junio de 1954. Al día siguiente, 9 de junio, los universitarios marcharon hacia el centro de la ciudad para protestar por el asesinato de su compañero, pero fueron abaleados por el Batallón Colombia, veteranos de la Guerra de Corea, con un saldo de 12 muertos. Aunque el gobierno argumentó que tal acción la había cometido el comunismo y la oposición laureanista, Rojas decide asumir la dictadura militar
Censura y represión
La dictadura militar de Rojas Pinilla se caracterizó por mantener un continuo enfrentamiento con la prensa, con la expedición de normas legales que pretendían proteger a funcionarios de posibles injurias y calumnias. Igualmente, el régimen fomentó la creación de una prensa estatal y paraestatal subsidiada por el gobierno y el hostigamiento legal, tributario y comercial de los periódicos de oposición. El 6 de marzo de 1954, se ordenó por decreto "que todos los periódicos del país debía ceñirse al relato de los hechos y evitar la interpretación". El 15 de marzo, el gobierno cerró la Unidad, un semanario editado en Bogotá y dirigido por Belisario Betancur, por publicar un manifiesto en contra del gobierno. Al mes siguiente se dictó un decreto que establecía pena de prisión, de dos a cinco años, para quien difamara al gobierno militar.
El 31 de septiembre de 1955, Rojas Pinilla instaura la censura, y posterior clausura de los diarios de oposición El Tiempo, El Espectador, el Diario Gráfico y El Siglo mediante el decreto 2535 titulándolo "una prensa libre pero responsable", aunque los dos primeros los deja funcionando posteriormente respectivamente bajo los nombres de Intermedio y El Independiente que funciona efímeramente en 1955. Igualmente varios periódicos son multados y les fue aplicada la censura previa.
Así mismo, el régimen de Rojas Pinilla instauró la persecución religiosa contra el protestantismo, incluyendo el encarcelamiento de una misionera estadounidense de 82 años acusada de proselitismo comunista, lo que motivó la preocupación y protestas del gobierno de ese país.
Incidentes en la plaza de toros
El domingo 29 de enero de 1956, la hija de Rojas Pinilla, María Eugenia de Moreno y su esposo fueron objeto de sonora rechifla durante una corrida de toros en la plaza de toros de Santamaría en Bogotá en contraste con la ovación ofrecida minutos antes a Alberto Lleras Camargo líder de la oposición liberal al régimen; testigos presenciales recuerdan que cuando el torero ofreció el toro a María Eugenia frente al palco presidencial, el público le gritaba: "No se lo ofrezca porque se lo lleva a Melgar".
El domingo siguiente, 5 de febrero, se produjo la represalia. Investigadores afirman que el gobierno estableció un plan que incluyó la compra de miles de boletas para sus detectives y agentes, con el fin de vengar el honor escarnecido de María Eugenia y su esposo. A quienes cantaban "Lleras sí, otro no", y a los que se negaban a vitorear a María Eugenia, los agentes del Servicio de Inteligencia Colombiano los molieron a palos, los lanzaron por las graderías del circo, los golpearon con yataganes o a puntapiés. El número exacto de muertos y heridos nunca se pudo precisar. Los muertos de ese día fueron enterrados sin nombre. Hoy es imposible dar un número concreto de víctimas. La noticia no salió reseñada en ningún medio colombiano por la censura existente pero la agencia UPI si transmitió la noticia a sus abonados en todo el mundo lo que le costó el exilio a su director de corresponsales Carlos J. Villar Borda. El Diario de Colombia, periódico oficial de la dictadura, calificó los hechos como “triviales y baladíes, de ocurrencia cotidiana”. El periódico El Catolicismo, mientras tanto, se preguntaba: “¿En qué cabeza civilizada pudo nacer la idea de aleccionar a golpes de manopla y cachiporra?” y para el cardenal Crisanto Luque Sánchez, la Santamaría se convirtió ese día “en el escenario de un espectáculo harto más sangriento que las suertes de la tauromaquia”.
Pacto bipartidista
Los diálogos entre los conservadores, inicialmente liderados por Laureano Gómez y seguido más tarde por Mariano Ospina Pérez, y liberales, liderados por Alberto Lleras Camargo, para calmar los odios y diferencias fue preparando el camino para lo que se llamaría el Frente Nacional. Primero fue el acuerdo de Benidorm (España) el 24 de julio de 1956 en donde reconocieron la responsabilidad compartida en la decadencia de la democracia y empezaron a buscar la fórmula igualitaria; luego el pacto del 20 de marzo de 1957, en donde se oponen firmemente a la reelección de Rojas para el periodo siguiente y apoyan las elecciones libres; luego la declaración de Sitges (España), en donde confirman que los dos partidos compartirían el poder en partes iguales durante 16 años y la presidencia se alternaría cada cuatro años entre los dos partidos, y por último el Pacto de San Carlos de noviembre de 1957 en donde tuvieron que arreglar las diferencias con Laureano Gómez que había llegado en octubre de su exilio en España.
Segunda reelección
En noviembre de 1956 Mariano Ospina Pérez renuncia a la dirección de la Asamblea Nacional Constituyente como protesta al intento de Rojas de poner 25 miembros más en la Asamblea para asegurarse la reelección. Presidida por Lucio Pabón Núñez, la ANAC fue convocada el 22 de marzo, pero los miembros de la oposición, liderados por Guillermo León Valencia elegido como candidato presidencial bipartidista, según lo pactado en Benidorm, para oponer resistencia al deseo de reelección de Rojas Pinilla, abandonaron las deliberaciones pues no se les permitió leer el manifiesto bipartidista en el cual seis expresidentes señalaban que Valencia era el jefe del movimiento contra el gobierno. Los miembros de la ANAC leales al gobierno disolvieron la Constituyente, que fue convocada nuevamente para el 11 de abril, pero con nuevos y complejos sistemas de elección que aseguraban total fidelidad al gobierno y absoluta exclusión de la oposición. Reunida la nueva Constituyente, en su primera sesión del 30 de abril de 1957 se presentó la moción para reelegir al jefe supremo por cuatro años más, luego de que expirara su periodo el 7 de agosto de 1958.
Esto desencadenó una oposición todavía más agresiva contra el gobierno, sobre todo cuando Guillermo León Valencia el 1 de mayo fue puesto bajo arresto domiciliario en la casa donde se hospedaba en Cali, y es llevado a Bogotá el 3 de mayo. Valencia y el jefe liberal de la oposición, Alberto Lleras Camargo, acordaron entonces anticipar los planes de derrocar a Rojas y a su gobierno a través de manifestaciones estudiantiles, un cierre general de la industria, comercio, banca, etc., y huelgas, acciones que estaban previstas para junio o tal vez un poco después. Sin embargo los acontecimientos se desencadenaron con la detención de Valencia". A su vez, Rojas Pinilla usa la explosión de los camiones de dinamita en Cali en la madrugada del 7 de agosto de 1956 para atacar a los pactos bipartidistas de conspiradores y responsables de dicho incidente aunque por otro lado su hija María Eugenia encabezaba las ayudas a los damnificados a nombre del SENDAS. Por otra parte las guerrillas que no se habían acogido a la amnistía o habían vuelto a las armas se desempeñaron como bandoleros.
Caída y exilio
La reelección de Rojas no se llevó acabo ya que los partidos, la Iglesia, los estudiantes, la banca, la industria y los sindicatos declararon un paro nacional desde el 6 de mayo en contra de su reelección, paro conocido como las jornadas de mayo. En la madrugada del 10 de mayo de 1957 Rojas aceptó retirarse y en su sustitución nombró un gobierno militar de transición. A las 9:30 de la mañana anunció su renuncia a todo el país a través de la Radio Nacional de Colombia, acordó los miembros de la Junta Militar y partió al exilio ese mismo día a España, la misma nación que albergaba a Laureano Gómez, derrocado por Rojas Pinilla cuatro años atrás, aunque otra versión sugiere que Rojas se exilió en República Dominicana bajo asilo político del dictador Rafael Leónidas Trujillo. La Junta militar tomó posesión el mes siguiente y disolvió la Asamblea y la ciudadanía celebró con júbilo la caída de Rojas.
Juicio político
Después de 15 meses de gobierno de la Junta militar, el 7 de agosto de 1958, entró en vigor el Frente Nacional, creado para poner fin al conflicto bipartidista. En 1958 el primer gobierno del Frente Nacional, presidido por Alberto Lleras Camargo, le hizo un juicio político a Rojas Pinilla por lo cual el general regresó al país el 11 de octubre de 1958 y el 16 de octubre fue obligado a presentarse ante el Senado para defenderse de las acusaciones en su contra, pues había solicitado que su juicio lo hiciera la Corte Suprema de Justicia, un tribunal especial o una corte marcial y se negó a responder al interrogatorio. Ante rumores de un complot, el gobierno ordenó el arresto de Rojas Pinilla el 3 de diciembre de 1957, declaró turbado el orden público y en Estado de Sitio todo el territorio nacional con el argumento de que existía “un plan subversivo para derrocar la autoridad legítima”, bajo la dirección personal del general Rojas Pinilla, “en conexión con elemento retirados de las Fuerzas Armadas, grupos de antiguos funcionarios de la dictadura y elementos antisociales”.
El juicio continuó, el 15 de diciembre el Senado dictó auto de detención preventiva contra el General, y el embargo de sus bienes. El presidente levantó el Estado de Sitio, el 13 de enero de 1959, y el 20 de enero, Rojas Pinilla fue traído en secreto, desde Galerazamba a Bogotá.
Los defensores del general fueron Daniel Valois Arce y Jesús Estrada Monsalve. El veredicto del Congreso Nacional, del 18 de marzo de 1959, fue condenatorio contra el general Rojas; sin embargo, siete años después, el Tribunal Superior de Cundinamarca le devolvió sus derechos políticos el 20 de diciembre de 1966 y un año después, la Corte Suprema de Justicia confirmó este acto judicial, el 18 de octubre de 1967.
Regreso a la política
La Alianza Nacional Popular (ANAPO) que tenía como candidato a Rojas y que venía desarrollándose desde el año anterior se conforma en Duitama el 6 de enero de 1962 y se presentó a las elecciones para las corporaciones públicas el 18 de marzo de 1962 y para las presidenciales el 6 de abril de ese mismo año. En la votación para presidente obtuvo el cuarto lugar después Guillermo León Valencia del partido Conservador, Alfonso López Michelsen del Movimiento Revolucionario Liberal como disidencia del partido liberal y que se oponía al bipartidismo, y Jorge Leyva del Partido Conservador. Los votos por López y Rojas sumaron el 38% sin embargo fueron considerados nulos por las autoridades electorales por oponerse al sistema bipartidista, y además por que Rojas fue considerado un candidato ilegal.
Ya resuelta la situación legal de Rojas, la ANAPO logró numerosos escaños en el Congreso Nacional en las elecciones de 1968.
En 1970 Rojas se había transformado en una opción política con gran arraigo entre la población colombiana y se presentó a las elecciones presidenciales del 19 de abril de 1970, enfrentándose al candidato del Frente Nacional Misael Pastrana Borrero. Las elecciones resultaron bastante reñidas y el resultado oficial fue de 1.625.025 votos por Pastrana y 1.561.468 votos por Rojas. De esta manera la Corte Electoral proclamó a Pastrana como presidente para el periodo 1970-1974. Sin embargo, Rojas y sus partidarios siempre calificaron de fraudulentas esta elección y algunos medios periodísticos e historiadores señalan la dudosa veracidad de esos resultados. Dentro del grupo inconforme de los anapistas existían grupos de izquierda y de estudiantes con ideas compartidas por Rojas, de los cuales surgió luego el movimiento guerrillero M-19 (Movimiento 19 de Abril) al considerar agotadas las vías electorales y optó por la vía armada declarándose "el brazo armado del pueblo anapista".
Fallecimiento
Rojas muere de un infarto cardíaco en su finca de Melgar el 17 de enero de 1975. Estuvo en cámara ardiente en el Capitolio Nacional y fue enterrado en el Cementerio Central de Bogotá.
Familia
De su matrimonio con Carola Correa Londoño fueron hijos Gustavo Rojas Correa, María Eugenia Rojas Correa y Carlos Rojas Correa. María Eugenia fue candidata a la presidencia de la república en 1974 y dirigente de la ANAPO, casada con Samuel Moreno Díaz. Sus nietos Samuel Moreno Rojas e Iván Moreno Rojas fueron elegidos alcaldes de Bogotá y Bucaramanga respectivamente y en 2011 fueron acusados y detenidos por corrupción en la administración de obras públicas en Bogotá en lo que se denomina el carrusel de la contratación.
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